Cómo financiar su negocio ?

Si quieres emprender, ya sea con un proyecto empresarial, un pequeño negocio o incluso autoempleándote, lo más probable es que necesites financiación externa (particularmente en los dos primeros casos). El motivo es muy sencillo: por muy buena que sea tu idea para poder desarrollarla precisas tiempo y sobre todo recursos económicos de los que probablemente no dispondrás.

¿Por qué precisas financiar tu negocio?

Intentarlo con tus meras fuerzas es muy complicado hoy en día

Así, a poco que el proyecto sea mínimamente ambicioso vas a necesitar pedir ayuda económica externa, a menos que estés en situación de poder apostar por el Bootstraping, un termino anglosajón que se traduciría literalmente como ‘calzarse la bota’ y que vendría a ser una expresión parecida a la española de ‘liarse la manta a la cabeza’, aludiendo a cuando se comienza un negocio exclusivamente con recursos propios, invirtiendo los ahorros y aminorando todo lo posible los gastos. Una opción que aunque tiene sus indudables ventajas y que puede ser más o menos recomendable en función del estado de las finanzas personales del emprendedor, lo cierto es tiene más sombras que luces. Primero por el peligro que tiene arriesgar el patrimonio particular y después porque una política de excesiva contención del gasto (por mucho que se recurran a tácticas de guerrilla) puede lastrar el despegue del negocio, limitándolo a una dificultosa supervivencia que al final acabe desembocando en el abandono y la consiguiente pérdida económica.

La familia, los amigos y los locos no son una buena opción

Otra alternativa a buscar financiación exterior sería intentar obtenerla a través de familiares y amigos, en lo que los ingleses conocen como la triple F, family, fools and friends (familia, locos y amigos). Esta práctica, que por ejemplo esta muy arraigada en comunidades de inmigrados con fuertes lazos clientelares como la china, puede posibilitar la obtención de fondos de manera mucho más rápida y en condiciones mucho más ventajosas que las que puede ofrecer una entidad bancaria o cualquier inversor profesional, pero tiene el gran inconveniente de que si el negocio no prospera deberás un dinero que te va a ser muy difícil devolver, con el consiguiente enturbiamiento que esto implica en las relaciones con los allegados que te han prestado.

¿Cuáles son las vías que tienes a tu alcance para financiar tu negocio?

Los bancos son los grandes financiadores por antonomasia

Un emprendedor tiene múltiples opciones para lograr financiación para su proyecto. La alternativa más común es tratar de obtener los fondos que requiere en un banco, solicitando un préstamo para cuya concesión la entidad bancaria exigirá una serie de requisitos: plan de viabilidad, avales, etc.

Infórmate de si tienes derecho a alguna ayuda

Otra vía no excluyente de otras por la mera razón de que no suele bastar, sería solicitar ayudas públicas bajo la forma de subvenciones, créditos blandos del ICO, microcréditos… Esta opción es particularmente interesante de estudiar si perteneces a un colectivo con derecho a ayudas especiales: jóvenes, mujeres, parados de larga duración, etc. Además, si te acabas de quedar sin empleo y tienes derecho a prestación existe la posibilidad de solicitar que te sufraguen todo lo que cobrarías hasta la extinción del subsidio, siempre que acredites que vas a autoemplearte.

Otras soluciones que han surgido en los últimos años

Asimismo, también hay otras alternativas de financiación más novedosas, surgidas en un principio en el universo de las startups pero que poco a poco se han ido extendiendo al resto del tejido empresarial. Estaríamos hablando de fórmulas como el business angel, el crowdfunding, el crowdlending, las incubadoras de empresas o incluso las rondas de financiación, que en función de las características de tu proyecto pueden ser opciones más o menos factibles.

¿Cómo elegir la mejor opción de financiación para tu negocio?

A la hora de sopesar las distintas vías de financiación para tu proyecto empresarial hay que atender a una serie de criterios:

  • Cuantía del importe deseado
  • Plazo de devolución
  • Riesgo que se está dispuesto a asumir
  • Características del negocio que se va a emprender
  • Grado de control que se quiere preservar

Antes que nada explora las ayudas públicas y los créditos blandos

Con todo, como ya hemos anticipado en el apartado anterior antes de aventurarse en otras soluciones resulta recomendable indagar qué ayudas públicas se pueden recabar para financiar tu negocio, ya sean subvenciones o créditos blandos, es decir préstamos a un tipo de interés muy bajo o nulo así como con unos plazos de devolución muy cómodos. De este modo, una vez explorada la posibilidad de recibir las bonificaciones y subsidios ya referidos en el párrafo previo (pago único del importe de toda la prestación por desempleo, ayudas especiales para desempleados de larga duración y jóvenes menores de 30 años, etc.) conviene averiguar lo que pueden ofrecerte entidades como ENISA, CDTI o incluso la propia Comisión Europea, que tiene programas como el Horizonte 2020 (H2020) que concede créditos a empresas de nueva creación. Aunque ojo, depende mucho de la modalidad de negocio, ya que estos organismos tienden a primar sobre todo a proyectos empresariales de tipo tecnológico o con un acentuado marchamo social o medioambiental.

La financiación bancaria, la opción más frecuente (sobre todo en España)

Solicitar un préstamo a un banco para comenzar una andadura empresarial es la solución de financiación más recurrente en España, siendo además el crédito bancario un recurso habitual tanto para negocios que empiezan como para empresas ya consolidadas. Esto contrasta, por ejemplo, con lo que ocurre en otros países europeos como el Reino Unido, donde hay una mayor paridad entre las distintas vías de financiación. Asimismo, las entidades bancarias ofrecen una extensa gama de productos para proporcionar liquidez a nuevas aventuras empresariales:

  • Préstamos a emprendedores
  • Créditos especiales para empresas ‘sociales’ o ligadas a un proyecto de investigación
  • Microcréditos

Además, también es interesante informarse de las líneas de mediación que las entidades bancarias tienen con organismos públicos como el ICO (Instituto de Crédito Oficial) o el BEI (Banco Europeo de Inversiones), ya que pueden obtenerse financiaciones muy ventajosas. Con todo, por muy favorables que sean las condiciones del préstamo recibido como es obvio siempre se va a tener que hacer frente al pago de los correspondientes intereses, que serán más bajos en créditos especiales concedidos en colaboración con entidades públicas como las referidas, mientras que en los otros tipos de préstamos pueden variar entre el 3,5% y el 7,5% anual en función de la cantidad concedida, el plazo de devolución y otros condicionantes. Así, si se recurre a la vía bancaria hay que tener claro que se va a contraer una deuda que ha de devolverse con intereses, lo que no quita para que sea la fuente de financiación más aconsejable tanto en cuanto a fiabilidad como en lo referente a autonomía para el emprendedor, en el sentido de que las obligaciones contraídas no impiden poder mantener el control absoluto sobre su proyecto empresarial, frente a otras opciones en las que la recepción de fondos implica cuanto menos tener que ceder una participación.

Los bussines angels también pueden ser una buena fuente de financiación en determinados casos

Otra alternativa que puede resultar interesante es presentar tu proyecto a un business angel, ya que aunque en principio pueda parecer una alternativa más propia para emprendedores tecnológicos o para quienes cuenten con una idea de negocio muy original y rupturista, lo cierto es que no tiene que ser así por fuerza, existiendo muchos empresarios de éxito que le gusta involucrarse en el desarrollo de proyectos que tengan lugar en su comunidad. Asimismo, si son hombres de negocios de prestigio pueden provocar un efecto llamada para otros inversores. Pero que los business angels tengan predisposición a ayudar a emprendedores no significa que no sean selectivos y que estén dispuestos a confiarte su dinero alegremente. Además, deberás tener claro bajo qué condiciones hace su inversión y sopesar si te conviene, porque quizás este ‘padrinazgo’ a la larga puede ser poco beneficioso para ti, deparándote en el mejor de los casos si el negocio es viable un mero rol de empleado y en el peor, en caso de que el negocio no prospere, un fuerte endeudamiento.

Ventajas, limitaciones e inconvenientes del crowdfunding

El crowdfunding posibilita la obtención de fondos a través de una red de muchos inversores que hacen una aportación pequeña, aunque para que este canal de financiación tenga gancho recaudatorio debe ir asociado a un proyecto atractivo (como por ejemplo la producción de una película o la creación de un videojuego), o bien que tenga un claro interés social. En caso contrario, esta fórmula solo suele funcionar cuando se incentiva las donaciones con recompensas económicas futuras o a cambio de acciones, lo que afectaría al grado de control que tendrías sobre tu negocio. Aunque con todo, pese a todos los inconvenientes, no deja de ser una fuente de financiación de fácil acceso y rápida para el emprendedor, estando además totalmente supervisada y regulada por la Comisión Nacional del Mercado de Valores.

El crowdlending, una alternativa menos conocida que el crowdfunding y que puede ser una buena herramienta

El crowdlending tiene menos predicamento que el crowdfunding pero es un modelo de inversión colaborativa muy interesante, que tendría la misma filosofía en cuanto a la participación y el tipo de aportación que su pariente más conocido pero diferiría en la compensación de los inversores, que ya no recibirían una recompensa ni un porcentaje del negocio sino la devolución de su préstamo con los intereses correspondientes. Así, dependiendo de las condiciones acordadas, puede ser una excelente manera de obtener los fondos que precisas sin tener que dar cabida a otros accionistas en tu proyecto.

Otras posibilidades

El ámbito de la financiación de negocios está sujeto a permanentes innovaciones, surgiendo constantemente nuevas fórmulas como las venture debts o popularizándose otras como las ‘rondas de financiación’, en un principio circunscritas sobre todo a empresas tecnológicas pero que cada vez se han ido extendiendo más como fuente de fondos para otros tipos de negocios. No es tarea sencilla acceder a ellas pero por intentarlo no se pierde nada.

Cómo solicitar un préstamo para tu negocio

El proceso para solicitar financiación está bastante estandarizado y no tiene grandes misterios, exigiendo eso sí que dilucides previamente dos cuestiones importantes:

  • Cuantifica las necesidades reales de tu proyecto, tanto las actuales como las que vas a tener en el futuro. Ve más allá de lo inmediato pero tampoco pidas más pensando que te van a conceder menos…
  • Ten muy presente las cuotas que vas a tener que pagar y valora seriamente si vas a poder afrontarlas. Utiliza el simulador que tendrá el propio banco para saber las cantidades exactas y su progresividad

Presenta un plan de negocios viable

Lo primero que valoran las entidades bancarias a la hora de conceder un préstamo es tener delante un plan de negocio viable, con una planificación de ingresos y gastos que sea ajustada, razonable y sobre todo realista, no fruto exclusivo de las expectativas y anhelos del solicitante del crédito. Igualmente, tampoco resultan aconsejables los copia y pega de otros planes para negocios similares del sector, valorándose mucho que el informe haya sido elaborado por el propio emprendedor.

Las prisas nunca son buenas

Asimismo, es recomendable manejarse con la suficiente antelación, algo poco común ya que se suele acudir en busca de la financiación cuando se necesita de manera inmediata. Pero esto crea dudas en los gestores de préstamos de los bancos porque interpretan que hay mala planificación o peor aún, despierta sus suspicacias porque no entienden tanta prisa, pudiendo incluso llegar a temer que el cliente les oculta algo o trata de engañarlos.

Por qué es recomendable recurrir a un intermediario financiero

La figura del intermediario financiero para proyectos de emprendimiento aunque no está tan extendida en España como en otros países europeos, está proliferando cada vez más, teniendo ya mucha importancia en ámbitos concretos como el hipotecario. El auge que en cualquier caso se está experimentando se explica por lo beneficiosa que puede resultar esta intermediación, que traza nexos de unión entre el cliente y el banco, buscando el tipo de préstamo más ventajoso o que se ajuste mejor a las circunstancias concretas del solicitante y gestionando además las operaciones en su nombre. Igualmente, al margen de agentes financieros que podríamos tipificar como corredores de préstamos también los hay que buscan esa liquidez que precisan los proyectos nacientes recurriendo a las vías que hemos ido desgranado: business angels, rondas de financiación, fondos de inversión, etc.

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