Diferencias entre las cuentas bancarias para empresas y las de particulares

Si tienes, o estás pensando, en abrir un negocio. Seguramente se te han pasado este tipo de cuestiones por la cabeza. Al fin y al cabo, las autoridades únicamente te obligan a tener una cuenta corriente, pero no te indican cuál. En este sentido, hay que entender que existen una infinidad de tipos de cuentas bancarias que se pueden adaptar a nuestras necesidades más concretas.

Características de las cuentas bancarias de particulares

Las cuentas bancarias de particulares son todas aquellas que pueda usar una persona física y que, por lo tanto, están orientadas a sus necesidades.

En este sentido, lo que más diferencia a este tipo de cuentas es su enfoque al consumo. Es decir, la cantidad de formas para pagar o retirar nuestro dinero que tenemos disponibles. En este sentido, es muy propio de este tipo de cuentas bancarias tener una tarjeta de crédito y/o de débito.

Por otro lado, también tendremos a nuestra disposición la opción de vincular cheques o talonarios.

Este tipo de cuentas suelen tener una serie de comisiones que se suelen coordinar en el caso de que cumplas con algunos requisitos predeterminados (como la domiciliación de una nómina). Sin embargo, si acumulamos un gran patrimonio, tendremos la opción de acceder a la banca privada donde prácticamente desaparecerán todas nuestras comisiones y tendremos acceso a un sinfín de privilegios en la entidad.

Una cuenta muy característica de los particulares son las cuentas de ahorro donde se generarán intereses por los fondos acumulados.

Cómo son las cuentas bancarias para empresas

Las cuentas bancarias para empresas suelen compartir la operatividad de las cuentas particulares, pero suelen tener una serie de ventajas debido al poder derivado de su actividad económica (que los hace más atractivos para las entidades bancarias).

En este sentido, en los diferentes tipos de cuentas bancarias nos podemos encontrar comisiones, sin embargo, esto será poco probable en las cuentas de empresa, ya que la entidad asume que se domiciliarán una infinidad de gastos e ingresos que lo compense.

Por otro lado, suelen contar con un gran número de promociones, descuentos y acceso a fondos de inversión especiales para empresas. Sin embargo, suelen tener un saldo mínimo a mantener en la cuenta para no pagar ciertas penalizaciones.

Las cuentas de empresa suelen tener a su disposición una serie de asesores especializados en la materia que pueden ayudarte mejor a atender las necesidades de tu compañía. Además, al igual que sucede en la banca de particulares, si cumples una serie de criterios, podrás acceder a más privilegios.

Por último, este tipo de cuentas suelen ofrecer integraciones con otros programas que permitan la obtención de facturas de forma inmediata o, incluso, la clasificación de gastos e ingresos para su administración contable.

Diferencias entre las cuentas para empresas y para particulares

Como hemos podido ver, el funcionamiento operativo entre ambas cuentas es muy similar. Es decir, al fin y al cabo, ambas cuentas están enfocadas a la recepción, el almacenamiento y el movimiento de dinero. En este sentido, si tuvieras una cuenta para particulares y otra para empresas de la misma entidad, seguramente los pasos a seguir para efectuar una transferencia son los mismos. Muchas veces no cambia ni la interfaz.

Por otro lado, la primera diferencia que nos encontramos es el procedimiento de apertura de cuenta. En el caso de la cuenta para particulares es todo muy rápido y sencillo (hasta es posible realizarlo online en unos minutos). Sin embargo, para abrir una cuenta bancaria para una empresa es necesaria una serie de documentación que pueda acreditar el poder para abrir esa cuenta y, por lo tanto, requiere algún tiempo extra.

Además, al igual que nos identificamos como personas físicas en las cuentas de particulares, tenemos que hacer lo mismo en las cuentas para empresas mediante la aportación de documentos identificativos (como las escrituras o actas de constitución).

El saldo mínimo en los diferentes tipos de cuentas bancarias también varía. Por regla general, suelen existir algunos requisitos para mantener un saldo mínimo en las cuentas bancarias para empresas. No obstante, existen algunas excepciones y, por lo tanto, es posible que encuentres alternativas al respecto.

Por otro lado, no suelen existir mínimos en las cuentas para particulares, aunque es posible que, de tenerlo, puedas aplicar a una serie de ventajas.

Las cuentas para empresa suelen disfrutar de una serie de bonificaciones sobre el pago de determinados bienes o servicios. Por ejemplo, en el caso de la Cuenta 123 para empresas del Banco Santander, te bonificará parte del importe que gastes en nóminas, impuestos, seguros sociales o los suministros. Además, otras como Revolut o N26 amplían estas bonificaciones a todo tipo de gasto. Este tipo de bonificaciones no son para nada frecuentes en las cuentas bancarias para particulares.

Las cuentas de empresas sin comisiones están muy generalizadas. Prácticamente todas las cuentas de empresas carecen de comisiones básicas (transferencia, administración o mantenimiento), ya que entienden que, en el propio ejercicio económico, se domiciliarán una serie de gastos que compensará esta ventaja. Sin embargo, si quisiéramos abrir una cuenta sin comisiones para particulares en condiciones normales, seguramente tengamos que domiciliar una nómina o pensión.

Además de las bonificaciones, suele ser muy común que se otorguen una infinidad de descuentos al abrir una cuenta de empresa sin comisiones. Son muy populares los descuentos en gasolineras, peajes y en productos bancarios como el leasing o el renting.

Es cierto que las cuentas de ahorro suelen ser características de las cuentas para particulares, no obstante, los servicios para empresas ofrece cuentas de crédito que conceden financiación inmediata donde se aplica un interés deudor en el caso de existir un saldo negativo, pero donde también existen intereses acreedores por el saldo excedente.

En este sentido, las cuentas de ahorro tratan de incentivar que las empresas mantengan un buen nivel de liquidez y solvencia.

En conclusión, existen muchos tipos de cuentas bancarias que tenemos que valorar a la hora de constituir una sociedad. Por ello, es muy recomendable poder contar con una cuenta de empresa sin comisiones que nos haga la vida un poco más fácil. Sin embargo, recuerda que para abrir una cuenta bancaria para una empresa deberás de contar con la documentación necesaria que te otorgue los poderes.