Evolución de la digitalización financiera en el sector bancario

La COVID-19 ha impulsado, sin duda, el proceso de digitalización financiera que ya se estaba produciendo en multitud de sectores, incluidos el bancario. Tras la crisis sanitaria provocada por el coronavirus y las restricciones y medidas impuestas por los gobiernos para luchar contra la pandemia, han sido muchas entidades bancarias y financieras las que han visto en la tecnología un gran aliado, acelerando sus planes de digitalización y promoviendo entre sus clientes el uso de estas herramientas.

¿Cómo han asumido los consumidores estos cambios? A pesar de las reticencias iniciales, el informe de IDC Research España ha puesto de relieve que casi el 60% de los españoles con edades comprendidas entre los 18 y los 34 años prefieren utilizar la banca digital. Sin duda, y teniendo en cuenta los datos que avalan el crecimiento de la banca digital, las entidades financieras deberán afrontar el cambio en los hábitos de consumo impulsados por la pandemia, apostando más que nunca por la digitalización del sector bancario y por los canales online para comunicarse con sus clientes.

Objetivo de la digitalización del sector bancario

La digitalización ha creado un nuevo escenario lleno de oportunidades, no solo para el sector bancario. Sin duda, las ventajas de la digitalización son muchas, por lo que no nos debe extrañar, máxime si se tiene en cuenta la nueva tesitura en la que la COVID-19 nos ha colocado, que las entidades bancarias y financieras se sumen a esta nueva tendencia. No obstante, de acuerdo con un informe llevado a cabo por Vector ITC, casi el 40% de los principales bancos de todo el mundo en 2019 no habían planteado ni mucho menos llevado a la práctica una estrategia de transformación digital.

Sin embargo, las entidades bancarias y financieras españolas e internacionales están invirtiendo recursos económicos y materiales para conseguir el crecimiento digital que se tiene por objetivo. Además de este objetivo, las entidades bancarias y financieras tienen por objeto conseguir los siguientes hitos:

  • Mejorar la experiencia del cliente de la banca digital.
  • Aumentar la confianza en la entidad bancaria y la vinculación del cliente con el banco.
  • Reducir costes con la digitalización del servicio bancario.
  • Aumentar el número de clientes y, por tanto, los beneficios de la entidad.

Lo que está claro es que conseguir los objetivos del sistema bancario tiene multitud de ventajas, entre las que se encuentran las siguientes:

  • Experiencia del usuario: gracias a la digitalización, las entidades bancarias podrán ofrecer a sus clientes una experiencia integral y de mayor calidad. De esta forma, los bancos ofrecen multitud de productos y servicios de forma digital a sus usuarios, quienes podrán contratarlos en cualquier momento y en cualquier lugar. Además, gracias al análisis y el estudio de los comportamientos de compra o la salud financiera de los clientes, los bancos podrán ofrecer productos concretos a cada cliente teniendo en cuenta sus necesidades y preferencias.
  • Mayor número de clientes: los usuarios ya no confían en la banca tradicional, lo cual es una de las cuestiones que explican el crecimiento de las aplicaciones de banca digital. Así pues, conseguir un mayor número de clientes no solo es un objetivo de la digitalización del sistema bancario, sino también una realidad que se produce cuando la entidad bancaria apuesta por la digitalización.
  • Mayor eficiencia: gracias a la tecnología se consigue una mayor eficiencia en los procesos manuales, además de que evitan errores humanos. Esta realidad redunda positivamente en la reducción de costes, ya que subsanar errores que se producen en las gestiones con clientes suelen suponer un coste económico bastante alto.
  • Reducción de costes: la digitalización conlleva un ahorro de costes notable no solo para las entidades bancarias y financieras, sino también para los propios clientes. Así pues, la banca digital puede ofrecer mejores productos de financiación y ahorro para sus clientes. Esto supone un ahorro notable para los clientes. No obstante, el aumento del uso de la banca digital permite a las entidades bancarias ahorrar costes en sucursales bancarias y todo lo que ello conlleva (alquiler o compra del local, suministros, empleados de limpieza, etc.).
  • Mejora en la toma de decisiones: los datos se convierten en los activos más importantes de las entidades bancarias gracias a la digitalización. Gracias a los datos recabados gracias a tecnologías como el Big Data permiten a los bancos tomar decisiones basadas en datos objetivos.

Evolución de la digitalización financiera

La evolución de la digitalización en el sector financiero no es un proceso nuevo o reciente. De hecho, esta realidad lleva produciéndose desde principios del siglo XX, alrededor del año 1930, momento a partir del cual se introdujeron e implementaron nuevos mecanismos dentro del sistema bancario que redundaron de forma positiva en el avance del mismo. Así pues, se puede determinar que la digitalización va más allá de las novedosas innovaciones tecnológicas, configurándose como un proceso continuo en permanente cambio.

Es a principios del siglo pasado cuando se introducen ciertos mecanismos innovadores, tal es el caso del teletipo, un aparato telegráfico que mejoró la comunicación de los bancos con sus clientes gracias a la redacción y envío de ciertos textos legales a través de una red bastante segura. De este modo, se permitía la comunicación entre personas en diferentes lugares del globo. Tras el teletipo, se implementó en el sector bancario la computadora, gracias a la cual se podían llevar a cabo operaciones matemáticas de gran complejidad. Además, la computadora permitió mejorar la obtención de información, lo que facilitó el desarrollo tecnológico posterior.

A mediados del siglo XX se consiguió crear un método de registro electrónico de contabilidad de nombre ERMA. ERMA permitió una mayor digitalización de la banca y una mayor agilización de las operaciones relacionadas con los cheques bancarios.

En los años 60 se introduce una gran novedad en Estados Unidos que ha pervivido hasta nuestros días: la tarjeta de crédito. Este instrumento, utilizado cada día por millones de personas en todo el mundo, permite pagar sin necesidad de utilizar dinero en efectivo. Años más tarde, esta vez en Japón, se ideó el cajero automático, el cual ha ido ganando importancia con el tiempo, pues permite realizar multitud de operaciones sin necesidad de pasar por caja.

En los años 70 de estandarización los procesos para llevar a cabo las transacciones financieras a través de la red SWIFT, de forma que se permitió la realización de operaciones en lugares diferentes. Habría que esperar hasta los años 90 para la aparición de Internet y las páginas webs, las cuales han ido evolucionando y han permitido y permite realizar multitud de operaciones a los usuarios a través del navegador. A finales de los 90, Japón consiguió extender esta digitalización al teléfono móvil de los usuarios, quienes podrían gestionar sus finanzas desde su teléfono. Asimismo, también aparece a finales de los 90 el dinero digital o criptomonedas, permitiendo una gestión descentralizada del dinero.

Durante el siglo XXI se han desarrollado todas las anteriores tecnologías, introduciendo novedades como el e-wallet, de forma que se permite a los clientes realizar operaciones a gran velocidad y de forma muy segura.